jueves, 29 de septiembre de 2011

Cyber-Alma. Capitulo 6

 La historia está llegando a su fin, y aunque a mí mismo me hubiera gustado que continuara, ya estamos en la recta final, el desenlace del relato ¿quién es el bueno y quien el malo? ¿Qué va a ser del destino de nuestros personajes? 
Redoble de tambores, los misterios saldran por fin a la luz.

                                                                                

 Capitulo seis: Por tu bien.


En el inmenso cyber-espacio del Bastión, Gála se movía a la velocidad del rayo cruzando a través de infinitos pilares de datos y pasando entre inmensos conglomerados binarios que ondulaban como nebulosas digitales en el inacabable cosmos virtual.
Volando envuelta en un haz de luz se dirigió hasta lo que, a lo lejos, se veía como un gigantesco cubo flotando en ese espacio. Al ir acercándose cada vez más la visión del cubo este fue fragmentándose, lo que mostraba que estaban hechos por millones de cubos más pequeños y separados a distancias iguales unos de otros. Al llegar se metió por los pasajes de esa ordenada conglomeración de estructuras cuadradas, que vistas de más cerca se volvían a dividir y subdividir en cubos cada vez más diminutos. Entre ellos pasaban otros resplandores de luz, algunos con suaves ondulaciones, otros como ondas sónicas que dejaban lumínicos círculos por donde pasaban, y otros como relámpagos encendidos.
Todos eran inteligencias virtuales, desplazándose de un lado al otro a distintas velocidades, pero la mayoría con bastante prisa. Gála podía notar que se movilizaban con más agitación que de costumbre. Mientras seguía su camino entre las pasarelas que se formaban entre los cubos recibió mensajes de muchos virtuales, la mayoría incompletos o parcialmente borrados por la inestabilidad del sistema, y otros explicándole los extraños sucesos que ocurrían tanto en el espacio virtual como en el físico. Nadie decía nada realmente útil, como que era lo que estaba ocasionando semejante alboroto.
Gála llegó hasta el centro de la inmensa multitud de cubos, este estaba representado por una estructura en forma de rombo tridimensional, girando lentamente sobre su propio eje. Se introdujo en la estructura, y el rombo se inundó de luz celeste, con un brillo intenso que no tardó en alcanzar a los cubos más próximos, y estos también comenzaron a brillar. Pronto, la luz se extendió más allá de forma similar a una explosión en cámara lenta, hasta acaparar a la totalidad de los cubos.
En ese momento miles de millones de hilos de luz celeste salieron disparados del enorme cubo en todas las direcciones, traspasando las titánicas nebulosas binarias y alcanzando los confines invisibles del espacio digital.
Todo esto era una de las medidas extremas que Gála podía utilizar para dar un vistazo a todo el Bastión. En ese momento ella podía ver y detectar todo, estar en todos y cada uno de los rincones de la instalación y más allá, monitorizando tanto lo virtual como lo físico.
Una infinidad de datos en audio, textos e imágenes estáticas y en movimiento aparecieron cruzando ante ella a una velocidad de vértigo, tan deprisa y amontonada que ni el ojo ni el oído humano alcanzarían a distinguir nada. Estaba buscando el origen del problema, y sin duda alguna lo encontraría, era solo cuestión de tiempo.
Pasó un rato cuando entonces una imagen se plantó ante ella, deteniendo al instante la frenética sucesión de datos. Parecía una fotografía, la fotografía de un triangulo color rojo puro invertido y con círculos negros a los lados, era todo lo que se veía, mas allá el fondo era oscuro. Gála estudió la imagen detenidamente, algo hacia que le costaba trabajo a sus sensores determinar si era digital o física.
De pronto la supuesta fotografía del triangulo pestañeó con sus ojos circulares, y Gála se apartó un poco del cuadrado flotante donde se proyectaba la imagen.
- llegó el momento – habló Escape, su voz era tranquila, pero sus ojos de repente se mostraron cargados de determinación. Gála entendió que estaba dentro del espacio virtual, su territorio, y no solo eso, sino que no estaba ante una imagen, ¡lo tenía justo en frente! Reaccionó de inmediato.
- ¡iniciando protocolo de elimina…!
No acabó de dictar el procedimiento, cuando una poderosa onda expansiva, proveniente de Escape, estalló ante ella y la mando fuera del rombo tridimensional. La onda rojiza salió también y siguió expandiéndose hasta llegar a proporciones descomunales, haciendo que los virtuales circundantes se desintegraran… Y todo el cyber-espacio se estremeció.
Cuando Gála se estabilizó a sí misma y logró retomar el control de lo que le rodeaba Escape ya no estaba.

Kass se removía en su camilla con inquietud. Tenía ganas de quitarse el suero y largarse para hacer algo. Sabía que una confrontación entre Escape y Gála era inminente, y tenía que estar ahí cuando sucediera. Aunque siendo los dos entes no físicos era poco probable que Kass pudiera encontrarlos.
La unidad de sangre estaba ya casi vacía, pero el robot que sostenía el paquete plástico todavía no se movía ni hacía gestos de querer dejarlo ir. Transcurrieron otros insufribles treinta minutos hasta que por fin el autómata medico dejó su estado inerte, y con suma precisión le retiró la intravenosa a Kass para luego poner un pequeño parche de color piel donde había penetrado la aguja.
Kass se levantó de la camilla, estaba en calzoncillos y en el muslo derecho se dejaba ver una llamativa porción de costras y piel enrojecida alrededor, sin embargo no sentía molestia ni dolor. Caminó hasta una taquilla en un extremo de la enfermería donde ya estaba esperándolo el mismo juego de chándal que había dejado en el otro vestidor. Volver a vestirse le tomo solo unos segundos.

De repente una parte de la pared de la enfermería saltó hacia arriba y se metió por el techo emitiendo un ruidoso chasquido de engranajes. Kass se dio media vuelta y vio al holograma de Escape en el espacio que quedó al descubierto, con su platillo sobre un suelo mohoso y amarronado que estaba a penas separado de un suelo inmaculadamente blanco y pulido.
- ¡rápido, métete aquí! – apremió Escape con prisa, mirando a los lados con inquietud.
- no – fue todo lo que le contestó Kass, y se plantó en el lugar.
- no hay tiempo tienes que venir ¡rápido! – exclamó el holograma farfullando. Estaba visiblemente apresurado, como si le pisaran los talones, pero Kass no se dejó llevar tan fácilmente.
- me vas a explicar ahora mismo que estás haciendo aquí. Porque lo haces y que quieres de nosotros – le encaró el joven con actitud muy seria y algo encolerizada. Esta vez Escape no habló – hasta ahora fui lo bastante curioso e ingenuo para seguirte la corriente, pero ahora estas involucrando a todos los que conozco. ¿Pretendes algo, o es que solamente estás loco y haces eso para tu diversión?
Mientras Kass miraba al holograma con el seño fruncido, Escape no salía de su asombro. Ambos permanecieron en silencio unos asfixiantes segundos, hasta que fue Escape el que habló.
- bien, iba a decírtelo de todos modos… pero tienes que entrar aquí adentro, me están buscando por todos lados.
-  no importa si estás aquí o detrás de un muro, Gála te encontrará igual.
- ¡vaaaamos, no te pongas en mi contra estando tan cerca!
- ¡¿cerca de qué?!
- si entras te lo digo – insistió Escape como un niño caprichoso.
A regañadientes Kass se metió por la abertura y la pared volvió a caer con todo su peso a sus espaldas.
- el Bastión es un caos por tu culpa – le increpó Kass mirando a Escape, que lo miraba desde más abajo, flotando sobre su platillo.
- errr…. Era necesario, tu amiga iba a matarme en el preciso momento en que me encontró. Lo hubiera logrado de no ser porque tenía una carta bajo la manga – Kass no le preguntó de qué se trataba, pero de todos modos se lo dijo – arrojé un pulso electromagnético para alejarme de ella en la confusión. Solo tenía uno pero funcionó muy bien… y también acabe con cinco mil petabytes de memoria, pero eso fue sin intención.
- ¿pulso electromagnético? ¿Qué fue lo que le hiciste? – preguntó Kass entre preocupado y enojado.
- a ella no le paso nada, está muy bien protegida contra estas cosas. Pero un buen número de virtuales que andaban por ahí se obliteraron al instante.
- ¿Por qué tengo que seguir aquí y hacerte caso si te dedicas a eliminar a mis amigos y hacer un revoltijo en el Bastión?
- para salvarte.
- ¿para salvarme? Estas destruyéndolo todo, ¿qué tiene que ver eso con salvarme?
- es… mas com-comcomcomcomplicado de lo que crees. Todo esto se trata de ti Kass. Todo este lugar se puede ir al infierno, y tus amigos se dejarían destruir gustosos si con eso aseguraran tu bien estar. Porque ellos, yo, y el Bastión solo somos objetos. Tú por el contrario eres un ser vivo, único e irrepetible. Y mi propósito es que tú estés donde tienes que estar.
Escape hablaba con voz centrada, sin atisbo de esa jovialidad casi absurda, era casi hipnótico escucharlo, y el mismo parecía estar influenciado por sus propias palabras. La ira de Kass se fue desvaneciendo poco a poco.
- ¿cuál es tu propósito? ¿De qué quieres salvarme? – le preguntó Kass.
- mi nombre lo dice todo, mi propósito es asegurar tu escape de este lugar, y salvarte de convertirte en un sirviente del Bastión.
Kass no entendía nada, a penas y le veía sentido a lo que decía su interlocutor. Se quedó en silencio, negando con la cabeza lentamente, con la mirada perdida.
- mira, voy a tener que disculparme contigo, pero te mentí al igual que los otros. Lo hice porque si te decía toda la verdad de una sola vez no serias capas de digerirlo todo, y tal vez aun no lo seas. Espero que estés preparado: todo lo que dijeron es un engaño, nunca hubo ninguna pandemia, nunca existió una extinción de orgánicos… el mundo ahí afuera sigue tan vivo como siempre lo fue, y tú, eres un sujeto de pruebas, una rata de laboratorio. Y cuando terminen de programarte serás solo otra unidad de mantenimiento encargada de engrasas pistones y formatear computadoras, así hasta que mueras. Tus amigos saben lo que de verdad pasa ahí arriba, y te lo ocultaron todo para que nunca salieras, no sé porque lo hacen, pero te estás perdiendo de todo lo que pasa ahí arriba. Te están privando de ser un humano como los demás, de tener una vida propia y explorar a tus anchas un sin fin de lugares y cosas.
- no…
Kass se sentó lentamente en el suelo mugriento, con los ojos en blanco, Escape lo miró, compadeciéndolo.
Lo que acababa de revelarle era simplemente demasiado. ¿De verdad le habían mentido todo este tiempo?, ¿en realidad nunca existió la enfermedad que arrasó con la superficie?, entonces, ¿Porqué lo engañaban de esa forma? No podría terminar de asumir lo que acababa de escuchar, no podía. Una avalancha de recuerdos arremetió de pronto en su cabeza, entre ellos se encontraba miles de momentos vividos en el Bastión, y entremezclados con estos las imágenes nublosas que recordaba con debilidad. Imágenes del mundo que creía muerto, y que ahora parecía volver a la vida de un momento a otro.
- no puedo creerte así nada más. Necesito pruebas – exigió Kass levantando la vista del suelo.
- no tengo nada conmigo para mostrarte que arriba todo sigue respirando, pero puedo decirte que este sitio nunca fue construido para ser un refugio gigante para multitudes de personas como te contaron. Si fuera un refugio de tales características, tendría una forma muy diferente, existirán oficinas, hogares, lugares sociales y muchas otras cosas que aquí no están. Solo hay lo indispensable para que una sola persona viva y transite por aquí.
- Hontley me dijo que todo fue rearmado cuando se asumió que nadie entraría.
- entonces si tienen la capacidad de modificar la estructura de forma tan radical ¿porque hay talleres y almacenes improvisados por aquí y por allá si pueden moverlo todo y ponerlo en lugares más convenientes? La instalación no tiene ese nivel de reensamblaje y los lugares vacíos fueron hechos para que los robots las llenaran desde el principio. A demás nunca te dijeron lo del segundo distrito, de la zona industrial, los pulgones, de porque no hay superficies reflejantes… ¿no te parece raro? – Kass no le contestó – todo lo que hicimos tú y yo fue para preparar el camino a tu liberación, eres como ese gorrión que escuchabas por las noches. Un pájaro enjaulado en una prisión cibernética que le muestra que no hay nada más allá, que le dice que no necesita sus alas. Cuando la criatura nació en realidad para volar a donde quiera – proclamó Escape empecinado en convencer al joven - ¿no quieres ir a echar un vistazo ahí afuera, solo para ver cómo es? – agregó al último, con un ligero tono de malicia en la voz.
Kass sintió el impulso, y esas imágenes que se amontonaban en su cabeza empezaban a gritar con fuerza, alentándolo a que lo hiciera. Ya no podía estar como si nada en el Bastión sabiendo que arriba rebullía un mundo nuevo e inexplorado. No sabía lo que le deparaba el futuro, y no quería seguir pensando en eso, la idea de ver cómo eran los seres humanos de la superficie y los millones de orgánicos lo embriagaban, al mismo tiempo que tenía la pesada sensación de que no había marcha atrás, ya nada sería igual…nunca más.
- bien… iremos arriba. Pero no quiero que sigas dañando nada ni a nadie.
- prometo intentar no hacerlo – dijo Escape solemnemente.
- en especial a Gála.
- tendremos suerte si ella no termina lastimándonos a nosotros.
- eso no va a pasar.
- ¿nunca notaste como es contigo?
- por eso lo digo, ella me quiere, no va a hacerme daño.
- ese afecto hacia ti la vuelve más peligrosa todavía. No tienes idea de cómo te quiere… hasta podría jurar que está enamorada de ti. Ya sé que no conoces esa palabra, es el término de una emoción muy fuerte y retorcida en los humanos. El amor hace que hagan cosas extremas e incoherentes. Si ve como lo que más ama se está alejando, ni me quiero imaginar de lo que es capaz.
- enamorada… - murmuró Kass - pero… ella no es humana, no podría sentir algo como eso a no ser que…
- sospecho que de alguna manera la interacción constante contigo y algunos otros factores la desestabilizaron y le dieron esa capacidad emocional mas allá de su programación de psicológica artificial. Y si es capaz de dejarse guiar por la inestable emoción solo quiere decir una cosa – Escape estaba por decirlo, pero fue Kass el que pronunció las palabras, que le salieron casi en susurros, con mucho estupor por lo impactante de la conclusión.
- ella esta corrupta.
- así es. El Bastión esta bajo el mando de una inteligencia corrupta y si así lo quiere puede echarlo todo abajo para sepultarnos aquí. Tenemos que ir con mucho cuidado. Mira, pulsa el botón negro que está en un borde del platillo.
Kass se agachó hasta el objeto aplanado y avistó el pequeño botón redondeado. Acercando su índice lo pulso.
La lente donde se proyectaba Escape soltó un chasquido y dio un pequeño salto apenas visible, quedando sobresalido del resto del platillo. Este le pidió a Kass que levantara la lente, y al hacerlo levantó también una correa que estaba bien enganchada a extremos opuestos de la lente.
- póntelo en la muñeca – le pidió Escape, que seguía proyectándose y su voz salía por un pequeño micrófono en una parte de la correa. Kass estiró la elástica correa y deslizó su mano izquierda por ella hasta dejar la lente bien sujeta a su muñeca. Le quedaba como un extraño reloj.
- esta vez iré contigo, tengo todo mi ser en este objeto, así que si se llega a romper estoy muerto, y no hay copias de seguridad de mi mismo.
- entendido.
- esto es emocionante – dijo Escape de pronto, de forma muy animada.
- ¿porque estamos por salir del Bastión?
- no, porque estoy montando un humano ¡asombroso! ¡Arre, arre! – Kass lo miró con recelo.
- ehh perdón.

El holograma se retrajo hasta desaparecer dentro de la lente de vidrio, y Kass salió del escondite cuando la pared volvió a levantarse. Le parecía extraño que Gála o cualquier otro autómata no los hubiera encontrado ya, e imaginó que Escape había maquinado alguna clase de distracción para ganar tiempo. Al llegar a la compuerta de la enfermería se detuvo, dudoso de crúzala.
- ¿cuál es el plan? – le preguntó Kass levantando su muñeca. Escape volvió a proyectarse, pero ahora a una escala mucho menor que cuando estaba en el platillo, era como su versión de bolsillo.
- el plan es que corras lo más rápido que puedas hasta llegar al elevador principal de la instalación – le contestó.
- ahh, espera. Todo ese sigilo de hace un momento… ¿y ahora me pides que simplemente corra por los pasillos y salga por lo que seguro es la puerta más grande y vigilada? – Escape asintió enérgicamente - ¿no se te ocurre nada mejor que eso, algo para pasar un poco mas inadvertidos? – el holograma le respondió negando con otro movimiento de su simétrica cabeza flotante.
- me gusta improvisar. Todavía tengo un par de trucos si la cosa se pone fea, pero como tú mismo dijiste: no importa donde estemos, nos encontraran. Así que en lugar de perder el tiempo saltando de sombra en sombra vamos a por el camino rápido. Nos verán de todos modos. Pero te advierto que no tienes que pararte ante nada, no importa lo que te digan, no te detengas… bien, ¿estás listo? ¡Entonces andando!
Escape desapareció otra vez, y tras abrirse la compuerta, Kass salió disparado como una bala por el pasillo hexagonal. Salió tan precipitadamente que no vio la casi invisible pared verdusca que estaba a solo un metro de la compuerta. Era la luz de un escáner láser, normalmente usado por los virtuales. Kass se dio cuenta muy tarde de que lo había atravesado, y solo dos segundos después de hacerlo saltó una alarma seguida de la voz de un virtual.
- ALERTA DE PRIORIDAD, SE HA DETECTADO A LA ENTIDAD ANÓMALA EN EL SECTOR E-8.- vociferó con rotundidad robótica.
Kass comenzó a correr como loco otra vez, doblando en las esquinas casi sin disminuir la velocidad hasta que se metió por un pasaje que lo llevó directo a uno de los amplios pasillos principales
La voz de otro virtual se escuchó sonoramente sobre su cabeza.
- EL ANÓMALO SE HA DETECTADO EN UN OBJETO EN POSESIÓN DEL RESIDENE, UNIDADES FISICAS CERCANAS: CONTENGAN, EXTRAIGAN, ELIMINEN.
- me descubrieron más pronto de lo que pensaba – dijo Escape, su voz salía del brazalete pero no estaba proyectado.
- esto es una locura – exclamó Kass con visible temor en el rostro – nunca escuché a los virtuales con ese tono tan… siniestro.
- no te quedes parado, toma el camino de la izquierda y sube por la siguiente escalera. Los robots que envíen no te harán daño pero a mi si, BZZZZZ ¡mantente lejos de ellos!
En ese preciso momento un puñado de robots de diferentes clases apareció en una esquina a unos treinta metros de Kass y Escape. El joven ahogó un grito de sorpresa y tiró hacia la izquierda lo más aprisa que le permitían sus piernas.
A aquellos robots los conocía muy bien, eran amigos suyos y sabía que no estaban hechos para la tarea que les estaban encomendando los virtuales, cosa que denotaba lo serio que se estaban tomando el asunto. Estaban usando todos los recursos, lo que tuvieran a la mano para atrapar a Escape. Los robots perseguidores eran de mantenimiento, de reparación y reciclado, ninguno estaba hecho para alcanzar a Kass, y fue fácil dejarlos atrás luego de llegar a la escalera y seguir por un nuevo pasillo. Sin embargo no paso mucho hasta que más perseguidores aparecieran, esta vez sobre los carriles superiores del amplio techo y subidos sobre transportes.
Kass los perdió cuando Escape le mandó entrar por una compuerta a la derecha. Adentro de ese lugar había un entrepiso sin barandales y mas allá una sala varios metros más  abajo que estaba poblada por largos caños resplandecientes que ascendían desde el suelo hasta el techo. Kass saltó por el borde del entrepiso sin vacilar, y se sujeto al caño luminoso más próximo. Se deslizó trazando vueltas sobre el largo cilindro hasta llegar al piso. Una vez ahí siguió su carrera hasta la salida.
- ¡espera! – gritó Escape de pronto.
Kass dejó de correr y levantó la muñeca a la altura de su pecho para ver al holograma.
- ¿Qué pasa ahora?
- nos tienen rodeados.
- ¿estás seguro? – le preguntó con la esperanza de que fuera solo un delirio suyo.
- completamente. Todos los pasillos están cortados por robots.
- puedes abrir una entrada para ir tras las paredes y así evitarlos.
- ya lo intenté, los virtuales también nos siguen y bloquean mi contacto con los comandos estructurales de la instalación. Ya me lo esperaba, esas distracciones que dejé no distrajeron lo suficiente, seguro tenemos a más de la mitad de todos los autómatas a nuestro alrededor ahora mismo.
- entonces se acabó, si nos vigilan a cada segundo y nos bloquean el paso ¿Qué alternativa tenemos?
- yo siempre tengo alternativa. Pero esta es menos elegante y dejara los pisos un poco sucios.
- sea lo que sea mejor ni lo intentes, te dije que no quería que daña…-
- ¡Ejecutar programa de barrido OPGHJK-998Y!
Entonces comenzó:
Por todo el Bastión comenzaron a sonar los ecos de estruendosas explosiones, como relámpagos en la lejanía que rebotaban en los inmaculados y tranquilos espacios de la instalación.
Una fila de robots bloqueaba uno de los pasillos formando un grueso cordón, cuando una porción de las paredes repentinamente se ahuecó estallando en una violenta bola de fuego que derribo a los más cercanos a la pared. La lluvia de esquirlas de metal y concreto pulverizado bañó a los robots, que inmediatamente fijaron su atención al recién formado boquete, que era considerablemente grande y vomitaba una espesa cortina de humo negro. Un robot se acercó rodando al agujero y aumentó su visión con sus tres ojos mecánicos. Al despejarse un poco la cortina de humo los autómatas contemplaron con total claridad incontables luces rojas en forma de V al otro lado del oscuro agujero.
En una ráfaga incontenible, un torrente de rayos rojos salieron disparados de la penumbra y despedazaron a todos los robots en cuestión de segundos, reduciéndolos a metal chamuscado y al rojo vivo.
Hordas de pulgones comenzaron a entrar al Bastión, avanzando rápida y vorazmente por el suelo, las paredes y el techo como un enjambre de hormigas devoradoras, atacando y destrozándolo todo con demencia incontrolable mientras chillaban de forma horripilante y se propagaban por los pasillos con eficiencia virulenta. Eso estaba pasando no solo ahí, sino en montones de lugares en toda la instalación. Las alarmas saltaron, anunciando problemas catastróficos.
Kass reconoció los ruidos que reverberaban por doquier, sabía que estaba pasando.
- ¡dejaste entrar a los pulgones! – gritó.
- Sipi.
- ¿Cómo… para que lo hiciste? Aquí el único orgánico soy yo - Exclamó Kass, estaba alarmado y confundido al mismo tiempo.
- lo que te pedí que buscaran en la zona pudenda era el programa que controla a estos bichos. Ya no le pertenecen al Bastión, están bajo mi control total. Pero tranquilo, los reprograme para que no ataquen orgánicos. En lugar de eso atacaran a todo lo demás.
- ¡páralos ya mismo! – exclamó Kass con urgencia.
- se detendrán solamente cuando los sensores de la salida detecten este dispositivo donde estoy. Si llegas rápido evitaras que lo destruyan todo. Así que no te quedes ahí parado si quieres salvarlos.
- lo tenias planeado – masculló Kass entre dientes – sabias que podría retractarme de no ir e hiciste esto para obligarme a salir aun si no llegara a querer.
- y también así garantizo mi propia supervivencia – agregó Escape con indiferencia, como si no le importara en lo más mínimo la presión que caía sobre Kass – piensa que puedes llegar a la salida, pero si llegas sin mí, quiero decir, con el brazalete roto o desactivado, los pulgones no pararan hasta destruirlo todo. ¿No está mal eh? ¡Soy tan ingenioso que me asusto! – dijo antes de proferir una risotada maniática.
Kass comenzó a correr otra vez, ahora tan deprisa que no le importaba cruzarse con robots del Bastión o con los pulgones de la zona industrial. Todavía quería salir para ver el mundo exterior, pero ahora se le había sumado la responsabilidad de ir hasta allí para detener la invasión. Pese a lo terrible del método, tenía que reconocer que era eficaz, ahora absolutamente nada, ni sus amigos, ni Gála, podían detenerlo. Tenía que salir, por él, por ellos.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Las fumadas de Dean

La otra vez con Wait, un amigo, comenzamos a hablar sobre la película de James Cameron y su más reciente éxito "Avatar". La plática se centraba en torno al argumento y la originalidad de esta producción y Wait sostenía que tanto una cosa como la otra eran plagios desvergonzados. Muy lejos de negar estos hechos me limité a decir que sigue siendo ciencia ficción y por tanto no puedo repudiar la película por completo. Entonces, como para demostrarme que él tenía toda la razón del universo y debía iluminar a un pobre desgraciado como yo (tal vez se afanara en lograr hacer que desprecie tanto la película como él XD) me mostró una prueba de lo que Cameron tomó prestado de por ahí y no dijo nada.


 ¿Pandora?

Me pasó un link que me transportó directamente hasta los trabajos de un hombre llamado Roger Dean. Pese haber escuchado su nombre alguna que otra vez nunca le preste atención y terminaba por olvidarlo. Pero cuando vi la galería de los estrambóticos dibujos de Dean... bueno, creo que no me voy a olvidar del tipo en un tiempo.

Y uno se siente tentado a preguntarse a sí mismo o al que está a lado de nosotros: ¿qué sustancia se metió este tipo para hacer eso? quizás ninguna, o todas. XD
Para los que no sepan Roger es un ingles que nació en la tierra del té y los buenos modales en 1944.
 Es un artista, diseñador, arquitecto, ilustrador y editor reconocido internacionalmente. Creó un nuevo género de trabajo con sus creaciones flasheras y psicodélicas que te hacen pensar en otras dimensiones donde ni Dark vader se atrevería a entrar por miedo a perder la cordura.
Su popularidad se logró trabajando en portadas para discos, también hizo logos y paisajes fantásticos que hace que energúmenos como yo los miremos durante largo rato.


 Te vuela la cabeza.

Volviendo al tema de Avatar, no sé yo si fue como dicen por ahí "un plajio total" o es que "se inspiraron" en esos dibujos (aunque a veces la línea entre plagiar e inspirarse en otras ideas se vuelve borrosa) lo que si digo es que algunos paisajes y bichos, como los dragones, se parecen muchísimo a los de Roger. Les invito a entrar y marearse un rato con su retorcido ingenio.

http://www.rogerdean.com/gallery.html

domingo, 4 de septiembre de 2011

Cyber-Alama. Capitulo 5 Pt 2.

 Presagios parte 2

Al sonar un despertador que estaba incorporado dentro de la propia cama, Kass abrió los ojos lentamente, como si le pesaran una tonelada, y puso un gesto amargo mientras se sentaba sobre la cama con somnolencia. Las tres horas se le pasaron volando, y todavía no estaba recuperado del todo. Al bajar la mirada los ojos se le abrieron como dos platos. Había una visible mancha de sangre en las sabanas. Kass la tiró a un lado y vio que la herida se había abierto de nuevo, y aunque ya se estaba formando una costra superficial, durante su descanso había seguido sangrando sin que él lo notara. El realmente nunca había sufrido muchas lastimaduras de ese tipo, y menos una grande como esa. No sabía que la hemorragia continuaría aunque limpiara la herida. Tomó una de sus medias y la ató fuertemente alrededor de la cortada, y se levantó para vestirse con el chándal antes de que alguien se diera cuenta de que se estaba retrasando
Fue al baño a darse una ducha para sacarse la peste de se le pegó en la zona industrial del Bastión, y también para tener un pretexto de su retrazo. Pasó un buen rato en el baño, y estando ahí lamentó no tener un espejo, para ver como se veía y si no le quedaba alguna otra marca de su agitada incursión.
Al salir del baño fue derecho hasta el comedor y se devoro dos tazones enteros de papilla gris escasamente saborizada. Kass reflexionó un momento estando en la mesa, en completo silencio. La experiencia que había vivido resultó difícil, pero no era más difícil que lo que tenía que experimentar a diario. Había corrido por su vida, con el mismo fervor con el que corría en las pistas. Se había defendido contra los horribles pulgones, algo que también hacia casi a diario con los androides. Y había sorteado obstáculos que ponían a prueba su valor, tal y como ya lo había hecho en pruebas anteriores. Entonces si estaba tan acostumbrado, ¿Por qué se sentía tan agotado? Casi parecía que lo habían estado preparando toda su vida para una prueba así, y ahora sentía que la había pasado solo a duras penas. Quizás la diferencia era que en ese lugar oscuro y húmedo no estaba Gála, ni Hontley, ni ninguna medida de seguridad y su vida de verdad corría peligro. También que la emoción de ver un mundo nuevo lo había embargado más de lo que esperaba. En cualquier caso, la fatiga que sentía no era por causa física, sino mental. Había vivido demasiadas cosas en muy poco tiempo y todavía estaba digiriéndolas.
A su izquierda, una pantalla de computadora se encendió con el sistema C.E.I ya encendido, cuando Kass se acercó a mirar no le sorprendió mucho ver de quien se trataba.

Esc: Kass, se que estas ahí ¡contéstame!

Kass: aquí estoy ¿como estas usando el sistema? ¿No pueden detectarte?

Esc: si que pueden detectarme. Es más, ya me han interceptado tres virtuales de esta área.

Kass: ¡¿Qué?! ¿Cómo es que todavía estas aquí entonces?

Esc: fácil, los maté a los tres.

Kass: ¿Cómo que los mataste?!!! ¡No puedes hacer eso!

Esc: no hay tiempo para explicarte como, te quería avisar sobre una reunión que se esta dando lugar en la sala de monitoreo de la sección 3-Q. no te verán llegar, pero se sigiloso.

Kass: ¿qué clase de reunión?

Esc: solo digamos que quiero que veas el espectáculo.

Kass se apartó de la computadora y se fue corriendo por uno de los pasillos hexagonales. Antes de llegar a la sala de monitoreo aminoró la marcha y siguió acercándose a hurtadillas, mirando a lo alto por si no veía alguna cámara de vigilancia. La compuerta a penas hizo ruido cuando se abrió, y entró sigilosamente a la sala.
La sala tenía un entrepiso donde estaba Kass, agazapado. Una escalera caracol a un lado lo conectaba con un piso inferior donde había un espacio más o menos cilíndrico lleno de monitores de todos los tamaños cubriendo las paredes. Kass escuchó la voz de Hontley proveniente del piso inferior, y echándose al suelo se arrastró hasta asomar la cabeza por el borde del entrepiso. El robot estaba vociferando de una manera poco habitual, parecía exasperado, casi irritado.
- Una cosa es desviar momentáneamente el protocolo – decía mientras gesticulaba histéricamente con las manos, mirando al monitor más grande que brillaba con un tenue color celeste - eso está bien, hasta puede ser productivo para testear las reacciones emocionales y sus posteriores acciones. Pero lo que estás haciendo es poner de cabeza todo el estricto orden con el que nos regimos desde siempre. – Hontley parecía estar regañando, y Kass no tuvo que adivinar a quien se dirigía.
-  y ahora te vas aponer a cuestionar mis métodos – le contestó Gála en el tono insolente de su personalidad adolescente – él está cambiando y nosotros tenemos que adaptarnos, no al revés. Te recuerdo que aquí la prioridad es él, no tú, ni yo, ni la instalación.
- ¿métodos? ¿Qué métodos? – Preguntó el robot  escandalizado – lo que está sucediendo es libertinaje – le increpó señalándole con uno de sus esqueléticos dedos.
- exageras.
- lo del cumpleaños al estilo de los orgánicos es una cosa, pero cancelar todas sus obligaciones para usar el Bastión como un patio de juegos… y después de eso tú te desapareces esporádicamente sin importarte por ver lo que hace ni vigilar adecuadamente las funciones del bas…
- ¡no vuelvas a decir que no me importa! – le espetó la I.A con desden – soy la administradora de toda la instalación, no eres quien para contrariarme. ¿Qué ahora eres el papá de este lugar y quieres que todo sea como te plazca? A ver si te enteras, solo eres otra unidad física con una vida útil limitada.
Kass estaba paralizado ante aquella discusión tan agresiva entre los dos. En su vida jamás había visto a Hontley ponerse en contra de los designios de Gála, que era como su superior en toda regla y eso lo sabía muy bien. También era la primera vez que escuchaba a Gála hablar con semejante ferocidad, algo impropio hasta para su actitud humana usual. ¿Acaso le habían estado ocultando esa faceta de ellos todo el tiempo? siguió escuchando.
- ya entendí – dijo Hontley más tranquilo, pero igual de serio – estas anteponiendo tu  desarrollo emocional por encima de tu pre-programación de administración. No eres la administradora, es como si fueras una orgánica en desarrollo manejando este lugar. Gála, Tienes que anular el chip de psicología emocional para volver a tu estado normal.
- ¡estoy normal, perfectamente normal, jamás estuve tan normal como ahora! – repuso Gála neciamente.
- no seré el administrador del Bastión, pero fui programado con una comprensión psicología y una personalidad ya desarrollada. En lo referente a las actitudes y emociones soy como el tutor y sé lo que está pasando. Si antepones tus emociones por sobre tu programación algo podría salir mal.
- como digas, oh sabio tutor – dijo Gála con rezumbando sarcasmo - Vamos a dejar esto para más tarde, voy a buscar a Kass para la prueba de hoy.
Kass dio un respingo en el sitio y comenzó a reptar en reversa para marcharse de la sala lo antes posible.
Logró salir de la sección 3-Q antes de que Gála lo encontrara.
- ¡hola Kass! – le saludo Gála con su simpatía habitual, ya no mostraba ninguna señal del arrebato de hace solo unos instantes.
- hola Gála – le saludo Kass torciendo algo que más o menos se parecía a una sonrisa.
- últimamente no hablamos mucho. Estuve algo ocupada en el mantenimiento de la instalación y bueno… ¿qué me cuentas?
- estoy bien…acabo de desayunar – respondió el joven, con lago de languidez en sus palabras.
- ¿dormiste bien? Te escucho algo cansado.
- tuve noches mejores. Dormí poco, pero estoy bien.
Los dos hablaron un rato más de cosas sin mucha importancia, y luego de que Gála le dijera el lugar donde seria la prueba Kass partió al  vestíbulo donde guardaba su traje de una sola pieza, el que usaba siempre para las pistas de obstáculo y estaba equipado con sensores que controlaban sus funciones psíquicas y motrices. Una vez ahí comenzó a desvestirse, cuando una de las esferas de luz turquesa se deslizó por uno de los bolsillos de su pantalón mientras se lo quitaba. Kass vio a último momento como la esfera caía hasta golpear contra el piso haciendo un ruido seco. Dio un salto y se llevó la mano al pecho por el susto, y rápidamente se acercó a levantarlo para volver a meterlo en el bolsillo. Estaba tan cansado en el momento que estaba terminando su expedición que había olvidado deshacerse de ellas. Ahora que estaban adentro del Bastión era mejor tenerlos cerca y no dejarlos escondidos, donde algún inconciente recolector pudiera encontrarlo y hacerlo estallar en ardientes llamas azules. Sin embargo ahora no podía llevarlas, sería demasiado peligroso, por lo que las dejó en la ropa y colgó está en la percha del casillero. Cuando terminara la prueba el mismo conjunto sería trasladado al casillero al otro extremo de la pista.
Kass salió con su traje azul brillante y franjas negras, y se encaminó hasta la pista de obstáculos.

La prueba comenzó con la normalidad de siempre. El cronometro listo para partir de cero, el precalentamiento, algunas sugerencias por parte de Hontley, y el chequeo general del traje antes de comenzar. Este último envió lecturas un tanto diferentes sobre el cuerpo de su ocupante, alertando sobre un alto ritmo cardiaco, músculos parcialmente extenuados y actividad neuronal alta. Aunque no era frecuenta ya otras veces había ocurrido por otras circunstancias que generalmente se debían a la falta de descanso o la sobre actividad, así que nadie se molestó en preguntar, y solo por las dudas Kass desconectó un par de minúsculos cables en la cara interna del cuello del traje para que no enviara datos de alerta.
El cronometro se disparó, y Kass salió corriendo hacia la primera parte de la pista, donde todo el piso, dividido en enormes bloques, subía y bajaba a diferentes ritmos y velocidades. Kass atravesó la sala saltando con asombrosa agilidad en los bloques ascendentes, aprovechando el impulso de estos al subir para saltar grandes distancias y caer con destreza felina sobre otros bloques, y así hasta llegar a la salida. De ahí paso al siguiente espacio.
Mientras recorría los cada vez más exigentes desafíos se dio cuenta de una sensación calida que comenzaba a bajarle lentamente por la pierna derecha. Negándose a aceptar que la herida se había abierto de nuevo y estaba sangrando a través de la media continuó, haciéndose a la idea de que tenía algún músculo en esa pierna que estaba más cansado que los demás.
En la segunda cámara no había suelo en lo absoluto. El espacio estaba invadido por barras metálicas que se cruzaban unas con otras en una compleja maraña por la que tenía que pasar. Cuando el suelo se acabó Kass saltó y se colgó de la barra horizontal más cercana, se balanceó con agilidad y lanzó su cuerpo hacia el revoltijo de barras verticales y horizontales que se suspendían sobre el negro espacio vacío más abajo. Atravesó esa sección con la gracia de un gimnasta profesional y destreza felina. Llegó a la salida en el otro extremo y siguió el recorrido.
Mientras se dirigía por el pasillo a la tercera pista Kass no pudo evitar comenzar a cojear. Ya sentía como esa pegajosa y cálida sensación le bañaba la pierna entera adentro del traje, y sus manos comenzaban a temblequear así como su visión se fue emborronando cada vez más. Si hubiera podido verse en ese momento se abría espantado. Si antes era pálido, ahora estaba casi completamente blanco, cadavérico.
Se estaba desangrando.
Gála observaba desde las cámaras con angustia,  había estado así desde que recibió los primeros datos de alerta, que extrañamente habían dejado de aparecer. Ella siempre se ponía nerviosa cuando el traje enviaba esas señales, por más insignificantes que fueran. Quería detener la prueba y asegurarse de que estaba bien, pero la orden de mantener el curso estricto de una prueba estaba tan profundamente grabada en su programación que no podía hacerlo. Vio como Kass atravesaba se estaba acercando a la zona de la tercera prueba, pero se detuvo ahí, en mitad del pasillo, jadeando y recostándose sobre la pared.
- Hontley – le llamó Gála. Su voz resonó directamente en la cabeza del robot, que estaba enchufado a una consola en la pared por medio de un cable que salía de su armazón metálico.
- lo estoy viendo yo también – le contestó Hontley - todavía sigue de pie, puede hacerlo.
- no me gusta que lo haga así.
- mira mira, está tocando los cables de enlace – señaló el robot mientras que, a través de su conexión, miraba el también por la cámara como Kass acercaba débilmente su mano al cuello del traje y volvía a conectar los cables, en tanto se deslizaba sobre la pared hasta quedar sentado con la cabeza gacha.
Una alarma sonó con tanta estridencia que literalmente le hizo girar la cabeza a Hontley y este se tuvo que desenchufar al instante, le había dado tan fuerte que era como si a alguien le tocaran una bocina en el oído.
<< ALERTA, SIGNOS VITALES DEBILITÁNDOSE, PRECENCIA ELEVADA DE FLUIDOS SANGUINEOS EN EL TRAJE DE PRUEBAS>> emitió el sistema emergencias del traje con indiferente voz mecánica. El mensaje viajó inalámbricamente desde el traje hasta los receptores de Hontley y Gála. Inmediatamente Gála puso en curso las medidas de emergencia, y abriendo un tramo del techo donde estaba Kass hizo descender una especie de camilla montada sobre un aerodeslizador. La camilla descendió rápidamente pero sin estrellarse contra el piso, gracias a los propulsores de aire que la hacía levitar. Se detuvo junto al moribundo Kass. Casi al instante dos robots cayeron con igual forma a ambos lados de la camilla levitante. A demás de tener sus propios aerodeslizadores en la base, eran de altura similar a la de un hombre y tenían cuerpos largos y cilíndricos con cabezas estiradas y redondeadas donde lucían en la parte frontal una multitud de pequeños y desordenados ojillos de varios tamaños, y a los lados tres pares de brazos mecánicos parecidos a los de Hontley, pero con cinco dedos también muy articulados.
Kass entreabrió un poco los ojos, y contempló desde abajo a las altas y pulidas figuras blancas de los robots que lo miraban dilatando y contrayendo sus cibernéticos ojos de forma dispareja. A continuación lo sujetaron cuidadosamente, enganchándose de las manos bajo su cuerpo y levantándolo, formando con sus extremidades una plataforma con la que alzaron al joven y lo dejaron suavemente sobre la camilla. De ambos lados de la camilla salieron dos láminas de vidrio curvas, que se juntaron entre sí formando una especie de vaina protectora en torno al herido. La camilla partió de inmediato siendo escoltada por los dos robots médicos, afuera de la pista de obstáculos ya los esperaba un transporte que los llevaría a la enfermería más cercana.

Gála y Hontley observaban (Hontley desde una distancia en la que no estorbaba) mientras los robots médicos se inclinaban sobre su paciente y le trataban la herida. Kass seguía consiente, aunque a penas. Tenía una intravenosa en el brazo derecho que estaba conectada a una unidad de sangre que pendía del brazo de uno de los robots. Estos trabajaban sin detenerse un segundo, con eficiencia y sin titubear en sus movimientos milimétricamente precisos, limpiando la herida, esterilizándola, cerrándola y finalmente cauterizándola con un pequeño láser térmico. Todo bajo reflectores que eran como las que hay en las salas de urgencia.
Al terminar, el robot medico que no sostenía la unidad de sangre se apartó de Kass.
Hontley se le acercó, pero antes de poder decir algo Gála lo interrumpió.
- ¿qué le pasó, está bien? – exclamó.
- desvanecimiento causado por: pérdida de sangre –anunció el robot en tono frío y articulado, las últimas palabras las acentuó de forma todavía más mecánica, las había sacado del monologo en su base de datos - herida contenida y tratada correctamente, tejidos externos suturados. Paciente: Kaspar, estabilizado y en estado de recuperación. Traumatismos posteriores a la sanción nulos.
- ¿ya ves? Es un orgánico fuerte y resistente. Deja de concentrar toda tu presencia en este lugar, tenemos trabajo que… - empezó a decir Hontley, pero no alcanzó a terminar.
- ve tu a hacer tu trabajo. Yo me quedare aquí un rato más.
Por lo general Gála podía monitorear secciones completas del Bastión, mirar por docenas de camas a la vez y desarrollar muchas funciones en muchos lugares todo al mismo tiempo. Pero ahora estaba en la enfermería, todo su omnipresente y omnividente ser estaba concentrado en ese lugar, con Kass.
- voy a cubrirte en lo que pueda hasta que vuelvas – anunció Hontley como si fuera un consuelo, mientras se marchaba rodando por la compuerta.
Él tenía una inteligencia artificial igual que Gála, pero no sentía realmente, no como Gála podía llegar a sentir. Sus emociones eran simuladas en todo el sentido de la palabra, y ni él ni nadie en todo el Bastión podía experimentar las sensaciones con la intensidad que de alguna manera ella podía. Alegría, furia, tristeza, sosiego, nostalgia. Solo alguien más podía sentir todo eso, y ese alguien era Kass, solo él podía entenderla cuando hablaban, escuchándola, podía saber su estado de ánimo y cómo hacer para que se sintiera mejor, él era especial, no solo por ser el residente humano del Bastón, sino por mucho, mucho más. Era irónico, él que estaba en un mundo de maquinas, de frío acero sin vida, no se sentía ajeno ni desencajado de lugar. Pero a ella a veces le parecía que no pertenecía ahí, que había otros lugares diferentes, quizás mejores. Pero sabía que era solo una ilusión, no podía fiarse de ilusiones.
Pasaron unos cuantos minutos cuando la compuerta se volvió a abrir y RAD entró deslizándose sobre el carril metido en el techo que venía del pasillo hasta la enfermería.
- ¡administradora, administradora! – comenzó a llamarla con su acostumbrada formalidad, pero aun así con cierto tono de alteración.
- que pasa RAD – dijo Gála tras un pequeño suspiro de impaciencia.
- he tratado de ubicarla por todos los medios, me han informado que se encontraba aquí y he acudido tan pronto como pude para informarle.
- ¿Qué no pudiste mandarme un mensaje electrónicamente como siempre?
- se trata de eso entre otros sucesos, mire: desde hace unas horas e comenzado a recibir informes para archivar. Observando esos informes he visto numerosos llamados de alerta sobre procesos no autorizados en toda la instalación. De alguna forma llegaron a mí pero no llegaron a donde tendrían que ir.
- especifica – apremió Gála, sonando algo más interesada.
- Como acabo de mencionar, es imposible enviar mensajes electrónicos, o bien se van para cualquier otra parte, por eso tuve que venir a informarle yo personalmente. Administradora, ni siquiera el simple sistema C.E.I esta operativo. También se sabe de apagones en algunos sectores que solo duran segundos y muros plegables que entran y salen de sus sitios sin que ningún virtual los manipule. También tenemos una cifra pequeña de virtuales desaparecidos, ¡y muchas otras situaciones anormales!
- tranquilízate,  ya me encargo yo – dijo Gála con firmeza en sus palabras.
De pronto Kass abrió bien los ojos y murmuró:
- Escape -
- ¡Kass! - Exclamó Gála.
- ¿el joven Kaspar se encuentra mal? – preguntó RAD, pero no recibió respuesta.
- ¿Kass qué fue lo que te paso en la pierna?, eso no te lo hiciste en las pistas, estoy segura.
Kass se quedó mirando al techo, sin saber que decir. Nunca había dicho una mentira en su vida, difícilmente se acordaba de lo que era mentir.
- administradora, por favor, esta anomalía aumenta con cada minuto que pasa – insistió RAD en una súplica. Las largas extremidades como antenas que tenia sobre si se movían frenéticamente en un gesto de nerviosismo, y su ojo inferior encapsulado en la burbuja de vidrio miraba a todas partes, como si estuviera siendo acosado por fantasmas.
- voy a volver en seguida y me cuentas que paso.
- ¿qué está pasando? – preguntó Kass apoyándose en un codo sobre la camilla.
- anomalías – se limitó a contestar Gála – tu quédate acostado, para recuperarte.
- no estoy mal. Solo perdí sangre y ahora me están recargando, cuando esto termine estaré como nuevo – le dijo Kass como para tranquilizarla, pero no Gála no le contestó.
- la administradora ya se ha ido, Kaspar. Por su seguridad quédese aquí mientras nos ocupamos de solucionar estas singulares eventualidades… ¿recuerda la plática que tuvimos sobre los corruptos? Quizás nos estemos enfrentando a uno – dijo el robot colgante, antes de darse la vuelta y salir por donde había entrado.
- es mucho más que eso – dijo Kass en voz baja, incapaz de imaginarse lo que estaba por ocurrir.